No hay que tener temor a equivocarse, pues es ésta la mejor escuela de la vida. Nada nos dejará mejor experiencia que una vivencia cuyo resultado no fue el previamente esperado. Aprender de los errores nos deja conclusiones grabadas a fuego.
Esto no quiere decir que tengamos licencia abierta para equivocarnos a diestra y siniestra, el error es el resultado de un proceso o actividad previamente estudiada, diseñada, prevista en lo posible y cuyo resultado inesperado (el error), a pesar de los esfuerzos por tener resultados previstos, no lo fue.
A contrario sensu, no debemos dejar de avanzar por temor a equivocarnos, pues el detenernos es retroceder, sigue siempre adelante, minimiza los riesgos y si apesar de ello te equivocas, aprende de ese error.
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